50 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 1\50 seg
Tras una larga carretera que asciende serpenteante desde las inmediaciones de Proaza (por donde discurre la Senda del Oso) se llega a un pequeño pueblo de origen medieval colocado en una atalaya del que solo se pueden contar bondades. Sin duda uno de los pueblos más fotogénicos de Asturias. Es Bandujo, un pedazo de tierra que lucha por sobrevivir al paso del tiempo.
Siete barrios se esparcen por las laderas de las montañas donde se asienta la villa. El Barreiru, La Reguera, el Palacio, el Campal, La Molina, el Toral y Antelaiglesias. En él destacan El Palacio, la Torre de Bandujo y la Iglesia de Santa María, que conforman un conjunto medieval declarado Bien de Interés Cultural. Varios hórreos y un antiguo lavadero completan la arquitectura del lugar.
Fotográficamente hablando, la mejor hora para acercarse a Bandujo es por la tarde, ya que tendremos el sol a nuestra espalda desde la principal localización. La pena es que no se pueden hacer fotos en la hora dorada porque las montañas impiden que los últimos rayos de sol lleguen a las casas del pueblo, con lo que deberemos aprovechar la luz un par de horas antes de que atardezca. Después, siempre podremos esperar justo al atardecer o incluso a la hora azul, y probar suerte para que el cielo juegue a nuestro favor con la presencia de nubes.
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