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Brantome, un diamante en el Perigord.

24 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 1\50 seg La llamada venecia del Perigord es uno de esos lugares donde cada encuadre parece una postal. Un pequeño pueblo asentado en una isla rodeada por el río Dronne. Domina el agua, y eso se nota en cada foto que tomas. Sin duda uno de los pueblos más bonitos de Francia. Junto al río destacan la torre de Brantome, la más antigua de toda Francia y la abadía benedictina de Saint-Pierre, además de sus puentes de piedra y el Moulin de l'Abbaye, un molino-casa histórica reconvertido en un hotel restaurante. Nos tocó un día plomizo, nublado, con lluvia a ratos y bastante frío para la época. Pero lo disfrutamos. Y además, creo que fue mucho mejor para conseguir que las fotografías mostraran la esencia del lugar. Agua al agua.
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Aveiro, la Venecia de los Moliceiros

24 mm - ISO 200 - f: 8 - S: 1\640 seg Construidos antiguamente para la recogida del moliço, un alga que crecía en el fondo de la ría y utilizada como abono para las tierras de cultivo, los moliceiros son hoy el día, junto a los saleiros (barcos que se empleaban para recoger sal para conservar el bacalao), los emblemas de esta ciudad costera. Pintados de llamativos colores recuerdan en su aspecto a las góndolas venecianas y, junto con los canales de agua, dan a la ciudad su popular nombre de "Venecia Portuguesa". Sin parecerse desde luego a la famosa urbe italiana, Aveiro es un lugar muy agradecido al viajero que la visita para fotografiarla. Atardeceres espectaculares, tanto en la propia ciudad, como en alguna de sus playas que miran al Atlántico, casas coloridas a lo largo de sus canales, edificios iluminados para la hora azul, ...

Invierno

105 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 1\125 seg Cuesta salir a hacer fotos esos días en los que nada más subir la persiana de casa te encuentras con que la niebla lo envuelve todo, pero bajas. Cuesta, cuando al llegar al coche los cristales están congelados y tienes que rascar, pero subes. Cuando por el camino ves que el termómetro no deja de bajar, -1, -2, -4, ... pero vas. Y cuando llegas...  Lo cierto es que en fotografía de naturaleza no siempre uno más uno es igual a dos, y muchas veces la meteorología o la propia naturaleza no quiere expresarse en toda su plenitud, pero otras, nos regala imágenes espléndidas que recompensan todas esas "penurias" que en ocasiones la envuelven. Frío, nieve, niebla, lluvia y viento suelen ser artífices de momentos únicos e irrepetibles que nos perderíamos de preferir el calor de nuestra casa. Y es cierto que muchas veces salimos para regresar sin un gran botín, pero las que lo conseguimos compensan sin duda esas otras en las que volvemos con las ma

En busca del alpenglow

100 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 1\25 seg El alenglow en un fenómeno óptico que se produce algunos días en el horizonte opuesto al sol y que puede darse justo antes del amanecer, o justo después del atardecer. Se trata de esa banda rojizo-magenta que tiñe de color el cielo y las montañas en días completamente despejados.  Suele ser bastante efímero, por lo que si queremos aprovecharlo deberemos estar preparados en la localización elegida y con la cámara en la mano (o sobre un trípode) cuando el sol se ponga en el horizonte.  En lugares llanos (como en la foto de portada), tendremos gran parte de la franja del horizonte teñida de un degradado de púrpura a azul, mientras que en zonas de montaña (fotos de abajo) veremos esa última luz iluminando las cimas después de ponerse el sol. Llevaba mucho tiempo intentando fotografiar con esas condiciones unas pequeñas lagunas estacionales que existen en Zamora cerca de mi pueblo, pero siempre que me acercaba ese momento especial nunca llegaba. Además,

Porto a contraluz

24mm - ISO 100 - f: 10 - S: 1\25 seg Porto es en mi opinión una de las ciudades más fotogénicas de Europa. Son incontables los encuadres que ofrece al fotógrafo para realizar todo tipo de paisajes urbanos, con miradores casi en cada esquina y con unas calles donde perderse es encontrar fotografías. He estado cuatro veces aquí y cada vez que vuelvo siempre descubro lugares nuevos o momentos de luz diferentes. Habíamos decidido hacer una escapada a Porto en diciembre pensando en que Luca disfrutara de otra ciudad con las luces navideñas, carruseles, mercadillos, ... y claro, para volver a intentar tomar nuevas fotografías en este maravilloso lugar.   Esta vez la idea era olvidarnos de localizaciones fijas y dejarnos llevar por la propia ciudad, y así surgió esta imagen, un simple paseo para ver el atardecer se convirtió en esta fotografía realizada con la cámara en mano desde el conocidísimo puente de Luis I. Incluí el sol en el encuadre y la zona de A Ribeira, iluminada por el mismo, fo

Los bufones de Pría

24 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 5 seg - Filtro ND Labrados por la erosión del agua del mar y la lluvia, los bufones son una especie de chimeneas en el interior de la roca caliza que conectan el océano con la parte superior de los acantilados. Con el mar en calma son poco más que una especie de silbatos por donde resuenan las olas, pero cuando hay temporal la fuerza del mar hace ascender el agua a través de ellos y la expulsa hacia el cielo cual géiseres en acción. Pero los bufones no son el único atrayente del lugar, a ambos lados de la playa de Guadamía se alzan los que para mí son los acantilados más fotogénicos de Asturias. Del lado derecho los bufones más grandes y por el izquierdo los llamados Acantilados del Infierno.  He estado en este lugar varias veces pero hasta ahora nunca lo había hecho con temporal, y la verdad es que cambiaría atardeceres o amaneceres por días así, en los que la naturaleza se muestra con todo su poder. Donde quiera que mires tienes una fotografía interesante,

El hayedo de Argovejo

24 mm - ISO 100 - f: 8 - S: 5 seg - Filtro ND Cuando un arroyo atraviesa un hayedo deja tras de sí un reguero de imágenes que, sobre todo en otoño y primavera, permiten al viajero disfrutar de la fotografía con mayúsculas. Este es el caso de un hayedo perdido en el Parque Regional Montaña de Riaño, en León, en el que cada pequeño salto que da el agua en su descenso, es un oportunidad para el fotógrafo. Es el hayedo de Argovejo y está situado a unos 40 min caminando desde el pueblo, eso sí, siempre en continuo ascenso. El lugar parece fabricado por las hadas, hileras de agua entre grandes rocas recubiertas de musgo y hayas retorciéndose hacia el arroyo y pareciendo protegerlo, no se puede pedir más.